Este residuo, el primero a nivel mundial, parece haber abandonado las playas en mayor medida, pero aún está muy presentes en las ciudades, y de ahí, caen al alcantarillado llegando a contaminar hasta 10 litros de agua salada o incluso 50 litros de agua dulce.
La colilla fue directamente a su casco
El movimiento de ‘No más colillas en el suelo’ comienza en 2016 con Miquel Garau Ginard cuando conducía en moto. El conductor del coche que tenía justo delante bajó la ventanilla y tiró una colilla sin mirar quién había detrás de su automóvil. Fue directamente a su casco. En ese momento, Miquel Garau entendió que había un problema grave y comenzó a investigar sobre el problema de las colillas a nivel mundial. Poco después recogía las colillas que encontraba por la calle para concienciar sobre el daño que producen a nuestro entorno.

Se denominan a sí mismos “un grupo de personas multicultural”, ni una ONG, ni una asociación
El movimiento se ha extendido hasta países como Colombia, Argentina, Polonia y España; donde cuentan con diferentes grupos en Zaragoza, Burgos, Valencia, Badajoz, Girona, Castellón, Alcalá de Henares, Bizkaia y Canarias. Aclaran que no son ni una ONG, ni una asociación, se denominan a sí mismos “un grupo de personas multicultural” que quieren concienciar sobre este residuo de manera que se viva en un entorno más limpio y sano para todas las personas.
Para ello, llevan a cabo diferentes campañas a las que denominan “colillatones” que se basan en recoger colillas con guantes y mascarillas para ponerlas en garrafas. Una manera muy visual de mostrar el problema. Durante una acción similar, “La montaña de la vergüenza”, llegaron a acumular un total aproximado de 330.000 colillas. También han tenido la oportunidad de colaborar en el transcurso del World Clean Up Day con organizaciones como WWF Barcelona, Clean Beach Initiative, Let’s do it Spain, AFS, Surfrider, Nozama Green y el centre de la platja de Barcelona.




Tirar una colilla al suelo supone una infracción de entre 80 y 90 euros
Pero, además de concienciar sobre los efectos nocivos de las colillas en el planeta, su objetivo final es conseguir que las tabacaleras dejen de fabricar los filtros del tabaco. En numerosas ocasiones se ha desmentido que su función real sea el de proteger al fumador, además de estar hecho de plástico.
Por parte de las instituciones, la Diputación de Barcelona les otorgó el premio al residuo más encontrado en la Ultra Clean Marathon 2019 y la Generalitat de Catalunya el premio a iniciativa innovadora en redes sociales 2018. Desde ‘No más colillas en el suelo’ también buscan que se cumpla la ordenanza municipal existente por la cual tirar una colilla al suelo supone una infracción de entre 80 y 90 euros. “La ley existe”, dicen, “sólo falta que se aplique”.

Hay solución
Hay muchos proyectos por los que se intenta adaptar esta clase de residuos de manera que no sean nocivos para el medio ambiente. Si te interesa este tema en el siguiente artículo (con video) encontrarás datos y soluciones a esta problemática.