
La capital española está construyendo un muro verde de 75 kilómetros alrededor de la ciudad -un bosque urbano de casi medio millón de árboles nuevos- en un intento de reducir los niveles de calor y las emisiones de CO2.
El anilo verde de Madrid mejorará la calidad del aire y disminuirá el efecto «isla de calor».
Madrid inicia la transformación de su perímetro urbano con la construcción del ‘Bosque Metropolitano’, una corona forestal que conectará los espacios naturales protegidos de El Pardo, al norte, con los cursos bajos del Manzanares y el Jarama, al sureste.
El proyecto abarca 14.200 hectáreas y prevé la plantación de hasta 450.000 árboles de especies autóctonas; una infraestructura verde que se extenderá a lo largo de 75 kilómetros alrededor de la capital, y que contribuirá al equilibrio de la ciudad, a la reducción de las emisiones de CO2, a la lucha contra el cambio climático, a la restauración ecológica y paisajística de áreas degradadas y a aumentar la oferta de zonas peatonales y ciclistas, además de beneficiar la salud de la población.

Una infraestructura verde de 75 kilómetros para rodear la capital de España
El Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso para diseñar el Bosque Metropolitano, que se construirá en 12 años con un coste de 77 millones de euros (91,5 millones de dólares) para las arcas municipales. Durante el primer año se actuará en seis distritos sobre una superficie de 70 hectáreas.
El crecimiento radial de la capital ha generado una serie de situaciones en las que los barrios se han separado físicamente en los bordes exteriores. El proyecto, promovido por el Área de Urbanismo de Mariano Fuentes (Ciudadanos), pretende recomponer la ciudad fragmentada. Al mismo tiempo, restaurará el entorno ecológico, al tiempo que reducirá el impacto de las emisiones contaminantes.
La planificación del Bosque se dividió en cinco áreas o lotes, cada uno con necesidades paisajísticas y ambientales diferentes. En total, participaron 33 proyectos de distinta naturaleza y nacionalidad. El jurado valoró de ellos su visión de conjunto, la integración en el territorio, la reparación de ecosistemas dañados o la comunicación con el resto de la ciudad. Los ganadores fueron seleccionados en junio de 2020.

Entre montañas naturales
El tramo noroeste de la circunvalación forestal conectará los montes de El Pardo con los de Valdelatas y la Casa de Campo, permitiendo el acceso por las carreteras M-607 y M-40. El plan incorpora la renaturalización del camino paralelo al cauce del río, creando una senda peatonal y ciclista e intensificando la plantación de especies de ribera. Un puente de San Fernando rehabilitado servirá de enlace con el tramo noroeste del anillo verde ciclista, que ya rodea el centro urbano de la capital.
En el barrio de Valverde, distrito de Fuencarral, se instalará un centro de interpretación ornitológica, donde se podrá aprender a reconocer el águila imperial y otras aves esteparias e insectívoras. En este punto se adecuará la señalización del Camino de Santiago y los accesos a la Quinta del Duque del Arco, una casa de retiro del siglo XVII rodeada de un espeso jardín barroco propiedad de Patrimonio Nacional.
Detrás de este palacete se encuentran los terrenos de la Mina del Cazador, adyacente a Aravaca, que albergará instalaciones deportivas -campo de fútbol, cancha de baloncesto, patinaje y hockey- y una zona de concesionarios con restaurantes y minigolf.

Uniendo los parques urbanos
El espacio de esta segunda parcela se encuentra al noreste, muy custodiado por los edificios de Valdebebas y el recinto ferial hasta Vicálvaro. Sin embargo, contiene elementos de valor ambiental -como el borde sur de la Encina de los Reyes, el Parque Juan Carlos I, el Jardín del Capricho, la cuña de O’Donnell o el Parque de La Elipa- que hasta ahora permanecían segregados mediante grandes infraestructuras viarias. El proyecto ganador unirá estas zonas verdes gracias a una gran avenida forestal, que además levantará taludes como barreras naturales contra el ruido de las carreteras adyacentes.
La espina dorsal se extenderá a lo largo de casi 24 kilómetros y unirá todos los parques existentes a través de un camino dirigido a peatones y ciclistas, que circularán por vías separadas, de tres metros de ancho para los primeros y de cuatro para los segundos. La cuneta de esta avenida almacena la lluvia para permitir el mantenimiento de las especies arbóreas de hoja caduca, que "dan sombra durante el verano y permiten paseos soleados en invierno". La vía estará jalonada por quioscos, restaurantes, aseos, puestos de alquiler de bicicletas y vehículos eléctricos descapotables, útiles para las personas con movilidad reducida.

El anillo verde del sureste
El plan no alterará la morfología de esa zona conflictiva, pero sí el entorno donde también se levanta la planta residual de Valdemingómez. El proyecto pretende mitigar los malos olores, que ya se combaten con sistemas químicos, mediante especies arbóreas.
La zona se comunicará con El Cañaveral gracias a una plataforma elevada donde hoy se asienta una rotonda que rompe la continuidad ecológica de la Cañada Real. El subsuelo de ese pasaje arbolado albergará una nueva estación de la línea 9 de Metro, denominada Los Migueles, que estará precedida por otra parada, Ermita Virgen de la Torre.
En la zona de los Ahijones, lindando con Rivas Vaciamadrid, habrá una zona deportiva con equipamiento exterior. Este sector está separado del resto de la capital por la M-45, lo que Gistau solucionará recuperando antiguos caminos que darán servicio a San Fernando de Henares y Coslada. El plan incluye la creación de un cementerio naturalizado.

Los parques fluviales del sur
El cuarto lote del Bosque Metropolitano integrará la cuenca del Manzanares con el arroyo de La Gavia y la periferia de la capital: Entrevías, La Atalayuela, Mercamadrid y Butarque. Una topografía idónea para las depuradoras convirtió esta zona en un "sumidero de la ciudad", a lo que se suma su "condición de acceso a Madrid", según indica el diseñador Iñaki Alday. Su proyecto busca renaturalizar los vertederos para recuperar o crear nuevos hábitats; ensanchar las cunetas de las carreteras, convirtiéndolas en ejes de continuidad ecológica, y hacer de las depuradoras manantiales copiosos que transformen el paisaje.
La movilidad se estructurará mediante un paseo a ambos lados del curso del río, desde el Parque Lineal hasta el Parque Agrofluvial Manzanares-Jarama. Además, este eje vertical se refuerza con la transformación de la Avenida de los Rosales (Villaverde), hoy diseñada para los coches, en un paseo arbolado con carril bici.
De forma transversal, el plan incluye el acondicionamiento de otras vías menores que mejorarán la conexión a pie con Getafe. También se propone abrir pasos puntuales a través de las infraestructuras hidráulicas que actualmente producen barreras y discontinuidades. Las nuevas urbanizaciones previstas en la zona de la Gavia (Villa de Vallecas) ya permiten la conexión entre una y otra orilla.

El Anillo Metropolitano
Este tramo contempla la integración del sistema urbano del suroeste (Getafe, Leganés, Alcorcón) con la Casa de Campo. El proyecto de Rubio Arquitectura, firmado por el dibujante Carlos Rubio Carvajal, pretende ampliar el anillo ciclista existente hasta el área metropolitana, conectando el río Manzanares con el Guadarrama.

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