El «Stephen king» vasco: del andamio a superventas

El autor bizkaino Fran Santana, albañil en paro, se convierte con su primera novela «Los niños que ya no sonrien» (Ediciones B) en uno de los pelotazos editoriales de los últimos años. Pero el ‘milagro’ no se queda ahí porque Hollywood ha mostrado interés por llevarla al cine.

Os contamos una entrevista que tuvo nuestro colaborador, Cesar Fernandez, con el escritor de la crisis, Fran Santana. Aquí la historia:

"Nos citamos en un bar de Barakaldo. Fran está antes de la hora y cuando yo llego ya me espera tomando una caña en la barra. Se le ve algo nervioso. “Todo este éxito me ha pillado un poco por sorpresa”, confiesa.  En los primeros minutos de charla ya se percibe que el autor no es ningún divo de los que pululan por el espectro literario. “Soy un tipo normal; muy lector y muy inquieto pero solo un ‘currela’ que cierto día se encierra a escribir y a soñar. Estaba desesperado por no encontrar empleo debido a esta crisis y esto me sirvió para abstraerme un poco”.  Por eso tiene claro de dónde viene. Y no lo olvida. Fran empezó tirando de coraje e intentando vender sus libros puerta a puerta en el barrio donde vive.

– ¿Cómo empieza toda esta locura? Hoy tienes una editorial potente, Ediciones B de Grupo Zeta, muchas ventas, apoyo publicitario… Pero los comienzos fueron otros, ¿no?

Aproveché el desempleo para hacer lo que siempre he querido: escribir. Al principio solo para escapar de mi dura realidad metiéndome en ese mundo de ficción. Un poco para refugiarme en algo. Y una vez metido en faena las páginas fueron cada vez más y me dije que “porqué no emprender una aventura” Había que reinventarse. Y yo aposté por esto. Con mucho riesgo por supuesto.

-Porque, tras varios años en el paro, tú decides arriesgar y apuestas por intentar hacer de tu sueño una profesión.

Pues sí. Después de veinte años trabajando en la obra y colgado en un andamio me despidieron y me cambiaron por mano de obra más barata. Al buscar soluciones para traer el pan a casa surgió la idea.

-Tu trayectoria anterior. ¿Habías escrito otras cosas antes? Porque llama la atención lo bien que se va hilvanando la trama y según la crítica: ‘la ingeniería literaria’ que hay en esta novela.

No. Solo algo de poesía y para captar la atención de las chicas. Creo que la impronta de mi novela es la que te aporta ser un lector empedernido. No hay mejor aprendizaje que el que te aporta leer mucho.

-El salto a Ediciones B y el proyecto decine ¿Cómo se da esa llamada que empieza a hacer que esto se convertía en algo así como el ‘sueño americano’?

En mi caso nunca esperaba tal situación. De hecho me auto edité porque rechazaban leer el manuscrito las editoriales a las que se la remití. Decían que sus catálogos ya estaban ocupados. Después el boca a boca animó a la editorial a dar el paso. Y de paso a unos guionistas catalanes a plantearse llevarlo al cine.

-Tu novela “comienza con un asesinato pero en su contenido subyace una historia intrigante sobre niños con un tenebroso pasado”. Cuéntanos un poco de qué va. Y si disfrazas mensajes ‘subliminales’ en ella, más allá del entretenimiento.

Tenía dos posibilidades. O intentar escribir una tradicional, de las sencillas y de las investigaciones de cajón, o experimentar y crear una historia que pudiera llamar la atención. Me puse en la piel de un lector y me dije que lo que quería leer era una narración que me ‘pegara’ a las páginas. Tramas que lleven trampas y giros difíciles de prever. Me fui al experimento y ahora sé que fue lo acertado. Ofrecer giros en la trama es algo que me agrada. Aunque tuviera que haber una historia dura sobre niños detrás de todo.

-Los escenarios: todos los emplazamientos elegidos son en entornos cercanos a Bilbao. ¿Por qué esa elección?

Siempre leo novelas negras, de misterio o terror que vienen de emplazamientos que no conozco y me seducía dar a conocer nuestra tierra y ¡porqué no!, crear una trama intensa aquí. Siendo de aquí además, todo lo que conoces te facilita las cosas. Bilbao y pueblos de alrededores merecían tener ese protagonismo.

– Respecto a tu estilo, ¿por qué este género que hay quien pone a caballo entre la novela negra, de terror e incluso ‘gore’?

He crecido leyendo a Stephen King, y a continuación leyendo género negro. Es más fácil dirigir tu narración a lo relacionado con tus gustos si te embarcas por primera vez en algo así.

– Ya se habla del Stieg Larsson o del Stephen King de Bizkaia. ¿Te sientes a gusto con esas comparaciones?

Siempre es un honor que te hagan comparaciones con autores tan reconocidos, aunque a veces no te agraden del todo ya que creo que cada uno tiene su estilo propio y que las comparaciones ayudan en su justa medida. Pueden beneficiar o pueden encasillar. Es cosa de la prensa. Pero si es bueno y suma, bienvenido sea.

-De la adaptación al cine, ¿cómo está elproyecto? ¿Vamos a poder ir a ver en pantalla grande tu historia?

Ahora mismo unos guionistas querían escribir una versión en inglés para moverla por la productora de Brad Pitt que parece ser que anda con ganas de hacer una nueva ‘Seven’. Y Bilbao es un sitio que le debe gustar mucho a Pitt. No sé más porque es mejor ir con cautela. Luego te llevas las decepciones. Si tiene que llegar pues estupendo.

–Ahora mismo leyendo esto todo el mundo estará pensando que te has hecho de oro. Pero hay un dato que al público ajeno a la industria del libro le dejará de piedra: el autor de la novela es el que menos obtiene por su trabajo de toda la cadena. De cada diez euros por venta, solo dos o tres son para quien escribe.  ¿Te dan para pagar facturas y mantener a la familia?

Mucha gente me dice que debo estar forrándome pero es incierto ya que cuando publicas una novela cobras los ‘royalties’ a final de año y de una vez. Pueden darte un adelanto al firmar pero de una cantidad insuficiente.

– Desde fuera se idealiza mucho el trabajo de escritor cuando en realidad tiene esa parte menos idílica que supone el ponerse el buzo de trabajo y meter horas en soledad con el trasero pegado a la silla. ¿Cuántas horas dedicas a escribir al día? ¿O dejas que sea la inspiración y la motivación las que lleguen y te ‘empujen’?

En mi caso una vez que me puse en serio y que lo entendí como posibilidad real de subsistencia, en dos meses la escribí. Lo hice sin tiempo concreto. Doce horas, diez… Hasta que la mente me dijera basta.

-En cuanto a tus costumbres para ponerte a redactar. ¿Escribes por la mañana, por la noche…? ¿Tienes algún rincón especial de la casa o de tu ciudad donde escribes? ¿Sigues un método?

Cualquier hora es buena si estás concentrado y animado. Yo lo he escrito todo en el mismo escritorio.

-¿Nuevos proyectos? ¿Alguna idea para novelas venideras?

Estoy escribiendo una continuación independiente de mi primera novela. Y varios cuentos para niños y no tan niños. Los veo todos muy para series de TV.

Cuando damos por terminada la entrevista, Fran Santana me estrecha con cariño y agradecimiento la mano para despedirse y me da una tarjeta de visita ’low cost’ que se acaba de hacer. “Para lo que necesites”. Y detecto que no me lo dice por cortesía. Me lo transmite esa actitud de humildad que ha mantenido durante toda la entrevista y esa mirada franca. Un tipo sin muchas dobleces que sólo aspira a poder mantener a su familia y a pagar facturas. Y que a pesar del éxito enorme de ventas que está logrando (quinta edición) y del futuro que le auguran los críticos, mantiene los pies en el suelo.  En las aceras. De donde viene. Y donde sigue.