El pequeño pueblo familiar en el que padres e hijos viven en diferentes casas

Los cuatro miembros de la familia comparten un total de 6 casas -la vivienda de los padres, dos residencias separadas para los adolescentes Lennox y Brodey, una casa con dos baños, otra con una pequeña piscina y la residencia de invitados.

Casas convencionales en un pequeño pueblo

Keli y Ryan Brinks viven en una pequeña casa en Kentucky, hecho no muy remarcable considerando que hay cientos de pequeñas casas en los Estados Unidos. Sin embargo, lo inusual es su localización es que está rodeada de otras diminutas casas en una mini aldea junto con otras cinco casas que también construyeron ellos, dos de ellas son de sus hijos adolescentes.

De 26 metros cuadrados la casa de los padres es la más grande de toda la propiedad. Costó unos 9.000 dólares, lo que la convierte en la más cara de las edificaciones, esto se debe a querían un extra de comodidades. “Pedimos algunos arreglos incluyendo más ventanas, una puerta extra en la parte de atrás, y buhardillas en la parte superior para aportar más luz”, explicó Keli a Insider. 

Lennox explica que muchas personas encuentran extraño que ella y su hermano vivan en diferentes casas, pero le encanta la privacidad que tienen. “Es como tener una habitación. Pero en vez de tener pasillos, estamos fuera. Me gusta la independencia de esto. No tengo que molestar a mis padres con ruido”.

Las pequeñas casas de Lennox y Brodey no tienen cuartos de baño, así que tienen que ir fuera hasta la casa de invitados cuando necesitan usar el baño. Además tienen espacios comunes. Con un salón, piscina y terraza que es perfecta para reuniones familiares, después de las cuales cada miembro de la familia puede irse a casa. También tienen espacio para el trabajo con una pequeña estancia  que permite a los padres trabajar desde casa.

Fuente: Insider

Keli espera que esta forma de vida enseñe a sus hijos lo que significa vivir de manera sostenible

Keli Brinks dijo a Insider que estas casas diminutas conservan la energía porque son más fáciles de calentar y refrescar al ser espacios pequeños. Además, la familia produce solo una bolsa de basura a la semana. “La razón por la que tenemos tan poca basura es que intentamos vivir con la ley de las tres RRR: reducir, reusar y reciclar”, dijo la madre de familia. “Casi siempre nos negamos a usar bolsas de plástico para la comida y usamos bolsas de algodón. Hacemos compostaje de casi toda nuestra comida. Reciclamos todo lo que puede ser reciclado y raramente usamos la secadora”.