5 mujeres supervivientes de cáncer de mama y 12 días para dar la vuelta a España en vela

El Reto Pelayo Vida busca dar visibilidad a esta enfermedad y poner el foco en el deporte como parte de la recuperación. Cuenta con la campeona olímpica Ángela Pumariega, como directora deportiva de la 6ª edición del evento; así como con todas las medidas de seguridad necesarias debido a la pandemia provocada por el COVID-19. Casi dos semanas de travesía con Bilbao como punto de partida, paradas en los puertos de Cádiz, Málaga y Valencia para finalizar en Barcelona.

“Todavía no las he tirado, están rotas, pero es que las adoro”

En casa de Nuria, esperando a su vuelta del RetoPelayoVida, se encuentran unas zapatillas viejas de deporte. Ahora están rotas, pero en su día fueron un regalo de su marido, después de que la diagnosticaran de cáncer de mama. Se lo dijeron cuando estaba dando el pecho a su hija y a ese momento lo califica como “la mayor bofetada” de su vida. “Todavía no las he tirado, están rotas, pero es que las adoro”, explica la participante en la Vuelta a España en Vela. Preguntó qué podía hacer para ayudar en el tratamiento,  le dijeron que hiciera deporte. Y empezó a correr.

Para ella que el deporte era una actividad complementaria, no implementada en su día a día, se enfundó en sus zapatillas nuevas para cuidar su cuerpo y su mente, y afrontar la ardua carrera que se avecinaba: “Me servía de válvula de escape. Cuando tienes muchas ganas de llorar, muchas ganas de gritar”. Ahora, se enfrenta a otro tipo de reto, uno a mar abierto, junto a Marian, Lorena, Fátima y María. Cinco compañeras que han pasado por lo mismo que ella y a las que califica de “equipo”: “Ese hilo invisible de algo que te marca tanto como un cáncer, miras a la otra persona y ves un espejo en ella”.

“Quedas a merced de la naturaleza” y te haces muy pequeño

Nuria Gómez, científica marina, dice que su relación con el mar es “pasión pura”, pero su experiencia navegando a vela era hasta ahora limitada. Durante uno de sus últimos entrenamientos con las rachas de viento aumentando, se dio cuenta de que cuando el mar está embravecido, “quedas a merced de la naturaleza” y te haces muy pequeño. Se pasó toda la noche escuchando a través de la radio man over board. “Yo no sabía qué era entonces”, preguntó al Director Técnico del Reto qué significaba. “Estaba diciendo hombre al agua, que es lo más peligroso que hay al subir a cubierta”. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo importante que es el equipo, la seguridad y mantener la calma.

Nuria quiere probarse a sí misma

Nuria afronta el reto con muchas ganas de probarse a sí misma y conocer sus límites, tanto a nivel físico como mental. Se ha pasado la vida viendo documentales en la televisión de otras personas en la situación en la que se encuentra ella ahora: “Yo decía, yo quiero estar en la aventura de dormir mal, comer mal”. Busca la soledad de la noche en cubierta y del silencio del mar; mirar las luces de otras embarcaciones y tiempo para interiorizar. “Me quedan muchas cosas por experimentar, evidentemente; pero quiero ver qué me puede aportar esto”.